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Una final no muy joven

La primera final entre ambos se disputó en el 72, y la última en 2018

Que el América y el Cruz Azul definan al campeón de la Liga MX es todo un clásico.

Son dos de las cuatro instituciones más ganadoras en la era profesional (14 y nueve títulos, respectivamente), pero también las que más veces se han encontrado en la serie que define al monarca.

Será la quinta ocasión que el Clásico Joven sea la final, todo un récord. Después de esta combinación, las de América-Pumas, Toluca-Santos y América-Tigres, tienen tres series por la corona.

La primera vez que Águilas y Cementeros dirimieron al monarca del futbol mexicano se dio en la temporada 1971-72. Fue a partido único en el Estadio Azteca, el cual fue ganado por La Máquina (4-1).

Desde entonces, las finales entre ambos se han pintado azulcrema.

En la campaña 1988-89, el América se impuso en una explosiva serie que terminó con marcador global de 5-4. Ganó la ida (3-2) y la vuelta concluyó empatada (2-2).

La más recordada es la del Clausura 2013, cuando los celestes estaban a punto de acabar con una sequía de 16 años en ese entonces. Ganaban 2-0 en el global, pero Aquivaldo Mosquera y Moisés Muñoz hicieron las anotaciones que obligaron a la tanda de penaltis, donde las Águilas triunfaron.

En el Apertura 2018 y luego de un 0-0 en la ida, los amarillos levantaron el trofeo tras imponerse en la vuelta (2-0), con doblete del entonces joven volante mexicano Edson Álvarez.

Las tragedias celestes

Y en los tres títulos azulcremas, han ocurrido hechos específicos, tragedias que han marcado el destino para los azules.

La final de la campaña 1988-89 estuvo marcada apenas al minuto 2, cuando Pablo Larios, portero cementero, entregó la pelota en un saque de meta a Luis Roberto Alves «Zague» para que este inaugurara el marcador. De esa falla, Cruz Azul, dirigido por Mario Velarde, ya no se pudo sobreponer y terminó perdiendo la serie 5-4.

En el Clausura 2013, y con la ventaja de 2-0 en el global, Teófilo Gutiérrez, delantero de Cruz Azul falló a centímetros de la portería rival lo que hubiera sido el tercer tanto celeste y que hubiera «matado» a los odiados enemigos.

Y la final del Apertura 2018 fue muy trabada. Llegaron empatados a cero goles a la vuelta, nadie estaba dominando hasta que, en un saque de meta, el volante argentino de Cruz Azul Iván Marcone se dejó robar el balón en plena área para que Edson Álvarez anotara el tanto que abrió el camino para la coronación de las Águilas.

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