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THE FLASH: Un cóctel de superhéroes para disfrutar a Michael Keaton

Te queremos Batfleck, pero Michael Keaton es BATMAN.

Mikel Zorrilla / Espinof.com. DC tiene varios problemas con ‘The Flash’, pero hay dos que sobresalen por encima del resto. El primero es que llega cuando ya se ha anunciado un reseteo completo de este universo de superhéroes, lo cual ya fue uno de los factores para el hundimiento en taquilla hace unos meses de ‘¡Shazam! La furia de los dioses’. El segundo es que su protagonista es Ezra Miller, un actor perseguido por la polémica hasta el punto de que su participación en la campaña promocional de la misma va a ser prácticamente inexistente.

La cuestión es que en Warner tienen mucha confianza en ‘The Flash’, por lo que en ningún momento sopesaron seguir el mismo camino que con ‘Batgirl’ y enterrarla en una caja fuerte. Una vez vista es fácil entender por qué el estudio ha apostado tan fuerte por ella, ya que es una muy buena película de superhéroes que se erige fácilmente en una de las mejores aventuras del DCEU hasta la fecha.

Es cierto que el hecho de estrenarse apenas unos días después que la genial ‘Spider-Man: Cruzando el Multiverso’ puede jugar en su contra, ya que una película en acción real puede permitirse menos libertades a la hora de llevar el tema de los multiversos al extremo, pero lo primero que sorprende en ‘The Flash’ es que tiene realmente una historia que contar y en todo momento se preocupa por ella. Incluso cuando en el tramo final el espectáculo se dispara y la acción pasa a primer plano, Andy Muschietti logra mantener el control y que el espectador siga dentro del meollo.

Sin embargo, me estoy adelantando demasiado, ya que antes de la épica, lo que tenemos es una película bastante ligera pero sin dejarse llevar nunca por el humor estúpido. Es cierto que mucha gente ha metido mano en el guion hasta que Christina Hodson firmó la versión definitiva, pero la clave está en que equilibra muy bien la presentación de una aventura muy ambiciosa con el uso de la comedia y la multitud de apariciones especiales.

Ahí ‘The Flash’ se enfrentaba a la posibilidad de ser una película al servicio del cameo o que lo único que funcionase fuesen reclamos como el hecho de que Michael Keaton retoma al Batman que dio vida a las órdenes de Tim Burton, pero a la hora de la verdad todo ello está bastante bien integrado, incluso cuando es con fines puramente cómicos como en la breve aparición de Temuera Morrison. Bueno, la escena post-créditos, sobre la que no entraré en detalles, quizá sea la única excepción.

A eso hay que sumar que estamos ante una película que fluye. Aquí no hay huecos narrativos extraños, cambios de ritmo extraños o partes que se vuelven tan expositivas que acaban resultando cargantes. Sí es cierto que hay algún personaje que queda un poco desatendido -el ejemplo más claro es la Iris West de Kersey Clemons-, pero es consecuencia de que la historia no necesita más de ellos y se prioriza que todo resulte ágil, aunque, obviamente, eso tenga sus pegas. No olvidemos que incluso así se va holgadamente por encima de las dos horas, pero el entretenimiento está garantizado en todo momento.

Uno de los grandes méritos para que eso suceda es que ‘The Flash’ es una película ligera y fácilmente accesible -obviamente la vas a disfrutar más si conoces mejor el universo de DC-, pero al mismo tiempo se preocupa de crear una amenaza que se sienta real, introduciendo por ahí un componente emocional que encaja en lugar de ser una mera excusa para que las motivaciones de sus personajes tengan algún tipo de sentido.

Por lo demás, visualmente quizá no sea una película que justifique tener un presupuesto superior a los 200 millones de dólares, pero sí es mucho más constante que otras películas de superhéroes -ahí pienso en no pocos títulos de Marvel capaces de lo mejor y lo peor con apenas minutos o incluso segundos de diferencia-. Además, Muschietti nos regala algunos momentos con mucha fuerza y también logra dar con la forma de reflejar los poderes del protagonista en pantalla con voz propia -habría sido muy fácil limitarse a copiar las escenas de Evan Peters en ‘X-Men’- y evitando caer en el ridículo, un miedo que tenía.

A eso hay que sumar otras sorpresas que no entiendo por qué Warner y sus responsables se han empeñado en reventar antes de su estreno. Por ejemplo hay un cameo que confieso que me ha puesto la carne de gallina porque tuve la suerte de no enterarme previamente de que esa persona iba a salir aquí. A veces el factor sorpresa lo es todo y cargártelo para ver si así algún indeciso se anima a verla es un error.

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